Archivo diario: 28 septiembre, 2015

Confusión

Cataluña in the pendiente

Ayer viendo y oyendo a los protagonistas de las elecciones catalanas, me acordé de Giousé Cozzarelli, la participante en la elección de Miss Panamá 2009, a la que pidieron un comentario sobre una máxima de Confucio. La aspirante puso los brazos en jarras y respondió: “Confucio fue uno de los que inventó la confusión”. A esta aspirante a Miss le confundía su ignorancia. También recordé a Dinio, un cubano famoso por avivar los rescoldos de viejas glorias, que acuñó una expresión que hizo fortuna: “la noche me confunde”. Ayer, a la hora del cierre de los colegios electorales, el cielo alumbró una luna de sangre y se produjo el último eclipse de la tétrada iniciada en abril de 2014. Acontecimiento que algunas mentes confunden con señales de los dioses de catástrofes inminentes. Los que más aciertan a confundirnos son los magos, engañan a nuestros sentidos y nos hacen creer que la realidad no encaja con nuestras percepciones. Todas esas confusiones son asumibles. Lo malo es cuando se nos instala una creencia, entonces estamos perdidos porque nos ocurre como a los ordenadores que, si le metes un segundo anti virus se confunde y lo considera un nuevo virus. Las ideas se tienen, se compran, se alquilan, se usan, se tiran, se pierden… Las creencias se instalan de tal modo que, aquello que no case con la fe se considera un virus y es eliminado.

Sólo así se explica lo de ayer: Militantes de izquierda que proclaman la solidaridad, el intenacionalismo y la libertad -cuyo hábitat es la educación y la igualdad de oportunidades- bailando arrimados, entrepierna contra entrepierna, con la burguesía corrupta y depredadora que privatiza hospitales, incrementa las tasas universitarias y deja en cueros la dependencia. Militantes de la burguesía rancia dispuestos a perder las mamandurrias españolas y europeas, las coimas y las caricias del capital internacional, para estabularse dentro de unas fronteras donde todos se toquen con la barretina y parlem català. Catalanes de a pie que consideran al resto de españoles franquistas, como si los murcianos o castellanos no hubiéramos sufrido la misma dictadura. Votantes de base que ven en cada habitante de otra región al ladrón que les mete la mano en su canut y en su canesú. Catalonios de adopción o de nacimiento que se consideran más importantes, listos e inteligentes que la ralea de vagos y subsidiados de allende las fronteras de la arcádica tierra catalana. Ciudadanos que se creen con derecho a agraviar himnos o banderas que le son ajenas en el corazón, pero que se sienten insultados si les devuelven la pelota. Aquellos que babean con la historia épica que les han diseñado exprofeso, como los niños nacidos en el franquismo babeábamos con los héroes de la Cruzada nacional. Huestes que siguen a sus Moiseses a la tierra prometida con los ojos cerrados, porque si los abren descubren que, esos mismos Moiseses, guardan el 3% que les birlaron del canut común en Andorra o Suiza. Patriotas que aspiran a meterse en su capullo de seda y despertar transformados en una mariposa con alas azules.

Pero para confusión la de nuestro Presidente del gobierno que confundió la Diada de 2012 con una algarabía. Pensó que lo del 9N era un suflé que se desinflaría. Y hace unos días, el 23 de septiembre, zanjó la cuestión catalana con una frase de una altura intelectual que ya quisiera para sí el fénix de los ingenios, “un plato es un plato y un vaso es un vaso”. Frase sin parangón, a la que sólo puede alcanzar en trayectoria y potencia lumínica aquella otra. “los catalanes hacen cosas”. Me temo que la confusión de este hombre no se debe a la instalación de unas u otras creencias. La confusión de este hombre viene de fábrica.

Sucede que mientras andamos en estas confusiones la inversión extranjera huye despavorida, la inversión de los patriotas descansa en paraísos fiscales, el dinero es alérgico a las identidades nacionales. Y en fin, los intereses de la deuda remontan, la bolsa se da otro batacazo, el paro sube, los recortes continúan… Pero qué bien se lo pasan los Sumos Sacerdotes dándose de coces en nuestros culos.

J. Carlos